Tras el impacto inicial, Wall Street respira y apuesta por una guerra entre Israel e Irán contenida

La semana pasada el conflicto entre Irán e Israel escaló varios niveles, pese a las negociaciones que se venían adelantando. Todo se desató tras el ataque de Israel a instalaciones nucleares y militares en territorio iraní, lo que provocó una fuerte respuesta de Teherán con misiles, drones y bombardeos sobre ciudades como Tel Aviv y Haifa, además de otros objetivos estratégicos. A pesar de la gravedad de la situación y del temor a una escalada mayor en Medio Oriente, los mercados reaccionaron con relativa calma: el S&P 500 cayó 0.39% y el Nasdaq retrocedió 0.63% en la semana, mientras el petróleo llegó a subir más de 7% en su pico y el oro avanzó cerca de 3.5% como refugio.
Esta semana los mercados arrancaron con rebote tras un viernes complicado por el conflicto. En las primeras horas del lunes, el S&P 500 subía 1.20% y el Nasdaq 1.55%, impulsados por un retroceso del petróleo de más del 4%, lo que renovó el apetito por el riesgo. Los inversionistas apuestan por ahora a que el conflicto podría quedarse contenido y sin una escalada mayor.
El alivio en los mercados se da pese a que los ataques continúan, con ambas partes golpeando instalaciones energéticas y con Irán amenazando con cerrar el Estrecho de Ormuz, un paso clave para el comercio global de crudo. Al mismo tiempo, los inversionistas siguen atentos al consenso del mercado que apunta a que la Fed mantendrá las tasas sin cambios en su decisión de esta semana.