Inflación cede en EE. UU, pero el efecto de los aranceles aún no se siente

La inflación en EE.UU. salió más baja de lo que se esperaba en mayo, lo que le dio un respiro al mercado y alimentó las apuestas de que la Fed podría recortar tasas pronto. El IPC general subió apenas 0.1% en el mes y 2.4% en el último año, mientras que el dato que mira más de cerca la Fed —el núcleo sin alimentos ni energía— subió solo 0.1% mensual y 2.8% anual, ambos por debajo de lo que esperaba Wall Street. En resumen: los precios están subiendo, pero mucho más despacio de lo que se temía.
Lo más curioso es que productos que deberían estar subiendo por los aranceles de Trump, como ropa y carros, en realidad bajaron de precio. La energía también ayudó a enfriar el dato: la gasolina cayó 2.6% en el mes y acumula una baja del 12% anual. Vivienda y alimentos sí subieron, pero sin sobresaltos. El dato de vivienda creció 0.3% mensual, y aunque sigue siendo el rubro que más pesa, su ritmo anual (3.9%) es el más bajo desde 2021. Eso sí, los huevos siguen caros: bajaron en mayo, pero aún están 41.5% más caros que hace un año.
A pesar del dato tranquilo, los analistas no bajan la guardia. Dicen que los efectos de los aranceles podrían sentirse más adelante, cuando se acaben los inventarios viejos. Mientras tanto, el mercado reaccionó bien: subieron las acciones, bajaron los rendimientos de los bonos, y se fortaleció la idea de que la Fed podría recortar tasas en septiembre. Incluso desde la Casa Blanca apretaron el acelerador: el vicepresidente Vance dijo que no bajar las tasas sería “mala praxis monetaria”.
